el pelo y la lengua

el pelo y la lengua

miércoles, 1 de octubre de 2008



El hombre no puede disimular que hubo un tiempo en que fue feliz como los ciervos del bosque, y a pesar de los icontables años transcurridos, se apunta todavía en nosotros la nostalgia por los días de aquel mundo originario en que todos recprríamos la tierra como dioses, antes de que no sé qué domesticara a los hombres, cuando todavía les rodeaban por todas partes no muros y maderas muertas, sino el alma del mundo, el aire sagrado

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