RENACER

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Actualmente la humanidad carece de sentido; está infectada de contradicciones que retuercen nuestra conciencia y nos la ensarta en las cuchillas del pesimismo.
Nos hemos comportado como dioses del mundo, transformándolo a nuestro antojo y convirtiéndolo a en un monstruo de acero destinado a autodestruirse.
Todos hemos sido partícipes de un geocidio sin quererlo; somos crueles sin darnos cuenta, como pequeñas mariposas que aletean en su ignorancia provocando huracanes de hambre y muerte al otro lado del globo.
Pero lo que parece que no llegamos a comprender es que también somos nosotros los que podemos cambiar esa realidad; todavía hay esperanza si asumimos nuestra responsabilidad y actuamos en consecuencia.
Porque si nuestra concepción del mundo es errónea, suprimámosla, eliminémoslo todo y comencemos de nuevo como un folio en blanco sobre el que crear un mundo nuevo.
Un mundo acorde con la naturaleza que nos rodea. Un mundo en el que nuestra conciencia no tenga que recurrir a la indiferencia para sobrevivir.
Es verdad que en el sistema globalizado como en el que vivimos uno solo no influye de forma relevante en la sociedad, no hay lugar para la individualidad. Pero si nos unimos, si aunamos nuestras fuerzas por la justicia y la igualdad cambiaremos el mundo; alcanzaremos la libertad.
Lo que necesitamos es una revolución, una auténtica revolución que ahonde hasta lo más profundo del alma y cambie las estructuras del pensamiento.
Sé a ciencia cierta que la mayoría estaríamos dispuestos a renunciar a nuestras comodidades por preservar la poca humanidad que nos queda, pero nada parece funcionar, no sabemos que hacer y tiramos la toalla sin empezar el primer asalto.
Ya no es una opción, ha llegado la hora de enfrentarnos a la realidad y luchar, de salir todos a la calle y gritar al viento la libertad.
Juan Tomás Trabuchelli 2º Bachillerato Colegio Internacional Altair